La nanotecnología llegó para mejorar no sólo los elementos de fabricación de una lente, sino para realizar verdaderos milagros tecnológicos en las enfermedades oftálmicas.
Para aquellos que no están muy familiarizados con la nanotecnología, esta es la creación y uso de materiales y elementos a la misma escala que las moléculas o las estructuras intracelulares. Para hacer una comparación burda, un nanómetro es la cantidad de cabello que le crece a un hombre en su barba, durante el tiempo en que lleva su rastrillo hacia su cara.
La palabra “nano” se deriva del prefijo griego que significa “enano” y hoy en día nos encontramos con una fuerte tendencia a la nanociencia y la nanotecnología motivada principalmente a que se avanza a escalas cada vez más pequeñas y a la capacidad para medir y manipular estructuras individuales a una nanoescala (técnicas de sonda de barrido, pinzas ópticas, microscopios electrónicos de alta resolución, etc).
Existen múltiples aplicaciones potenciales para el cuidado de la salud a través de la nanotecnología, tales como la reparación de células mediante la manipulación de moléculas, la eliminación de las placas y otros cambios relacionados con las enfermedades cardiovasculares, la reparación del hueso y el tejido neural, la terapia genética, la asistencia de células para reparar tejidos dañados, usando lentes de contacto nanocompuestos para monitorear la glucosa en sangre, y utilizando nanodispositivos y láseres para realizar una cirugía muy focalizada, entre otros.
Para la ciencia oftálmica también ésta tecnología representa nuevas oportunidades pues el ojo es particularmente adecuado como un objetivo para la nanotecnología. Es un órgano pequeño de fácil acceso debido a su posición expuesta. Los nanomateriales tienen una zona de alta relación de superficie a volumen. Este atributo puede ser beneficioso en la reducción o eliminación de especies reactivas, que se establecen como causa de cataratas y otras enfermedades oculares. Los nanomateriales tienen una zona de alta relación de superficie a volumen, este atributo puede ser beneficioso en la reducción o en la eliminación de especies reactivas, que se establecen como causa de cataratas y otras enfermedades oculares.
Estamos seguros que en el futuro, la aplicación de esta tecnología se utilizará para tratar otras enfermedades oculares relacionadas con el daño oxidativo, como la degeneración macular y la retinopatía diabética.
-Marisol Gutiérrez
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